Serge Arias
Un Flamenco Rosado (Phoenicopterus ruber) ha capturado la atención de pajareros, naturalistas y la curiosidad de los costarricenses en la última semana, marcando su primer registro en el país desde el 29 de septiembre en la costa Caribe. Esta ave genera un gran interés tanto para la ciencia como para el aviturismo y el ecoturismo en general.

El 29 de septiembre, por la mañana, se documentó la presencia de este ejemplar en la Terminal Moín Limón (un área de acceso restringido). En el transcurso del día, el ave se desplazó y fue avistada por pescadores locales en la boca del Río Vizcaya. La emoción por la llegada de una nueva especie a Costa Rica se difundió rápidamente en redes sociales y grupos de WhatsApp, lo que llevó a numerosos observadores de aves a esperar la especie en la boca del río. Aunque no tuvieron suerte al amanecer, la búsqueda continuó por la costa, y el Flamenco fue avistado nuevamente en la Boca del Estero Negro, más al sur, en un área de acceso público a la Ruta Nacional 36, por los aficionados David Mora y Río Dante, donde ha permanecido desde entonces.
El Flamenco Rosado es un ave vadeadora de patas largas que se alimenta mediante filtración, gracias a sus adaptaciones en el pico curvo. Este es el primer registro documentado de la especie en el país, lo que sugiere que ha sido desviado por las tormentas de temporada, desde sus zonas de distribución habitual en la costa Atlántica y el Caribe. Además de ser un acontecimiento notable desde el punto de vista de la historia natural, es crucial analizar el impacto que esta especie tiene en la dinámica del aviturismo y el ecoturismo, así como las implicaciones positivas que conlleva.
En Costa Rica, hay más de 6,000 personas que se consideran observadores de aves. La llegada del Flamenco Rosado ha provocado un inmediato desplazamiento de estos entusiastas, quienes han viajado por uno o dos días a la zona, contribuyendo así a la economía local al incluir esta especie en su lista de avistamientos (lifer).
Hasta el 6 de octubre, a las 9 a.m., la aplicación eBird, que permite la documentación de especies mediante ciencia ciudadana, registraba 173 observaciones del ave. Se estima que más de 300 personas han visitado la ubicación en la primera semana de observación.
Al visitar el sitio de acceso público, es común encontrarse con fotógrafos aficionados y profesionales, pajareros y locales, así como visitantes nacionales e internacionales, todos atraídos por la colorida ave.
La presencia del Flamenco Rosado abre oportunidades para la educación y la promoción de buenas prácticas en la observación de aves. Desde 2022, Costa Rica cuenta con un Manual de Buenas Prácticas para esta actividad.
Hemos visto familias enteras disfrutando de la belleza del ave en su dinámica de alimentación e interacción con otras especies residentes y migratorias. Pajareros y fotógrafos han llevado a sus amigos y familiares, contagiándolos con la adrenalina de observar y documentar aves, lo que ha despertado un nuevo interés por esta actividad.
La economía local también se beneficia del aumento de visitantes en la zona. Los hospedajes locales han confirmado la llegada de turistas del Valle Central y otras regiones del país gracias a este fenómeno. Gasolineras, mini supers y restaurantes locales han notado un incremento en la demanda, y los visitantes suelen regresar a casa no solo con fotos del Flamenco, sino también con productos típicos como aceite de coco y pan caribeño.
Muchos han aprovechado la oportunidad para explorar otros lugares de interés, añadiendo nuevas especies a su lista en Limón, Cahuita, Selva Bananito, Veragua, Gandoca, entre otros, así como para disfrutar del fenómeno de migración de rapaces en el Caribe Sur.
En nuestra visita, nos encontramos con amigos y colegas, y conocimos a nuevas personas que comparten la misma pasión por las aves. Esta experiencia nos permitió descubrir nuevos lugares y emprendimientos que enriquecen la actividad del aviturismo y benefician a todos: profesionales, aficionados y la economía local.
Este efecto no es nuevo; ya lo hemos observado con otras especies en años anteriores. Sin embargo, sigue despertando adrenalina y emociones, además de ofrecer oportunidades para educar, disfrutar, conservar y entender el rol del birding no solo en la conservación, sino también en el respeto por la naturaleza y su contemplación, así como en la contribución a la economía de cada comunidad visitada.
Seamos mejores pajareros. Contagiemos a otros con la pasión por la observación de aves y construyamos un destino integral que beneficie tanto a los locales como a los visitantes internacionales, y, sobre todo, a las aves.
Pura Vida Birding.