Resultados del IV Estudio del Perfil de Observador de Aves Costarricense.
Los pajareros ticos representan unas 6 mil personas según estimaciones de la Mesa Nacional de Aviturismo. Desde 2016 se han marcado tendencias en cada actualización del estudio de perfil, permitiendo monitorear actitudes y preferencias, que son de utilidad a la hora de atender el segmento local, diseñar espacios o actividades para este consumidor amante de las aves.
En 2016 se estimaba una población de 2000 al 3000 pajareros locales, hoy esa proyección de ha duplicado o triplicado según la base, gracias al auge de clubes locales y herramientas digitales, programas educativos y de recreación orientados al birding. Ya era un pasatiempo creciente y la pandemia fue un catalizador para la actividad en tiempos actuales.
Aunque hay un aumento de mujeres en la observación de aves, estas representan el 35% del mercado local, y en general es un pasatiempo que para casi el 90% de los ticos inició hace 10 años o menos, en 2016 el 60% vivía en la GAM y esos datos se han invertido con el crecimiento de la actividad a nivel rural, donde hoy el 60% reside en zonas rurales y el 40% en zonas urbanas. Y sigue siendo un hobby a nivel país dominado por gente joven a diferencia de otras latitudes, en Costa Rica el 8 de cada 10 pajareros tiene menos de 50 años. Asimismo tres cuartas partes tienen estudios superiores o de posgrado, la mayoría no tiene hijos, el 30% tiene ingresos de 500 mil colones al millón de colones y el 25% tiene ingresos superiores al millón de colones. La mayoría son profesionales, solo el 7% pensionados y un 30% tiene ingresos por cuenta propia.
En una nación donde de cada 10 empleos 3-4 tienen relación con ecoturismo o biodiversidad, la profesión es el mayor influyente para acercar a los ticos a la observación de aves.
Al igual que la tendencia internacional las principales motivaciones para salir a pajarear son el interés en su conservación, así como el rol del aviturismo y su contribución a la salud mental. El pajarero nacional y residente, combina la observación de aves con visita a áreas protegidas públicas y reservas privadas, observación de otros grupos biológicos y con un creciente enfoque de fotografía de naturaleza.
Cada vez se apoya más de herramientas digitales para sus reportes y para informarse de ubicaciones a visitar y locación de especies, resaltando el peso de la plataforma eBird y otras como Xeno Canto y Merlin, aunque siempre se acompaña de guías impresas. A diferencia de 2016 hoy la red social más popular a nivel local para los pajareros es Instagram. 6 de cada 10 no forman parte de ningún club o agrupación local, aunque no se puede negar el auge de grupos locales que han influido en el crecimiento e interés por la actividad.
El observador de aves costarricense es de perfil softcore (53%) y el 27% son hardcore, la mitad salen en solitario y la otra mitad sale en grupo, el 80% realiza salidas locales de fin de semana y el 35% de más de tres días, hasta más de una semana. En los últimos tres años 5 de cada 10 ha realizado más de 10 salidas con fines de observar aves en el territorio, y cada vez más salen del país motivador por la avifauna de otras naciones (79%) al menos una vez al año.
Los lugares favoritos del país actualmente son los alrededores del Valle Central, los Quetzales, Monteverde, La Fortuna-Arenal y Sarapiquí. El tico sigue siendo un pajarero en formación por lo joven que es en la afición y consume cursos y talleres, cuenta con binoculares (80%) y cada vez más con cámara básica o profesional (70%).
Los resultados del estudio completo se puede acceder en el siguiente enlace:
Más información WhatsApp +50683589938 o al correo electrónico info@birdwatchingincostarica.com
Pura Vida Birding.